La almendra es uno de los frutos más representativos de la agricultura tradicional de Dénia y de la comarca de la Marina Alta. Cultivada en los campos soleados que rodean la ciudad, este fruto seco ha formado parte durante siglos de la dieta mediterránea y del paisaje agrícola, especialmente en primavera, cuando los almendros en flor tiñen de blanco y rosa los bancales de la zona.
Son tres las variedades que se encuentran en la Marina Alta: La Marcona, la Cabeza y la Rumbeta, esta última originaria de Alcalalí.
En la gastronomía, la almendra ocupa un lugar protagonista tanto en la repostería tradicional —como los turrones, pastissets o coques— como en platos salados que aprovechan su sabor delicado y su textura crujiente. Su versatilidad la convierte en un ingrediente esencial que aporta carácter a las recetas locales, a la vez que es símbolo de la unión entre la tierra, la tradición y la cocina.
La almendra tiene un alto valor energético. Es rica en proteínas y calcio, un potente antioxidante y es muy baja en gluten.
Más allá de su valor culinario, la almendra es un reflejo del carácter de Dénia: un producto que une tradición, naturaleza y sostenibilidad. En cada bocado se aprecia la riqueza de la tierra mediterránea y el legado de generaciones que han sabido mantener viva una de las joyas agrícolas más queridas de la comarca.