A lo largo de la historia ha sido también un lugar habitado y estratégico. En la época íbera albergó comunidades que comerciaban con otros pueblos del Mediterráneo, y en la Edad Media se levantó la Pobla de Ifach, cuyos restos arqueológicos aún pueden visitarse, aportando al espacio un gran valor cultural.
Hoy es un destino muy popular para los amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre. Sus rutas de senderismo ofrecen vistas espectaculares, mientras que la escalada cuenta con más de 40 vías para todos los niveles. Las aguas que rodean el peñón son ideales para el snorkel y el buceo, aunque es importante tener en cuenta que el acceso a la ruta principal está limitado a 300 personas diarias, por lo que se requiere reserva previa online.
Centro interpretación del Peñon d'Ifach
El Centro de Visitantes del Peñón de Ifach, situado en Calpe, es el punto de partida ideal para descubrir este emblemático Parque Natural. Aquí se ofrece información práctica sobre el entorno y se facilita a los visitantes una visión global de su riqueza natural, histórica y paisajística.
Información práctica
En sus instalaciones encontrarás una exposición permanente dedicada a la flora, fauna y geología del peñón, así como un aula didáctica especialmente pensada para escolares. También dispone de material audiovisual, rutas interpretativas señalizadas y miradores, como el Mirador de los Carabineros, que regalan panorámicas inolvidables del Mediterráneo y de la costa de Calpe. El centro cuenta con personal especializado para atender dudas y ofrecer recomendaciones, además de servicios como aseos, aparcamiento y accesibilidad para personas con movilidad reducida.
Flora y fauna del Peñón de Ifach
El Parque Natural del Peñón de Ifach es un enclave único por su extraordinaria biodiversidad, que incluye especies de flora y fauna endémicas, raras y amenazadas. En sus laderas prospera un matorral mediterráneo con lentisco, palmito y sabina negral, mientras que en las repoblaciones de pino carrasco abundan plantas aromáticas como el romero, el tomillo o la lavanda. Los acantilados y paredes rocosas son hogar de especies adaptadas a condiciones extremas, como la silene de Ifach (Silene hifacensis), un endemismo en peligro de extinción que se ha convertido en símbolo del parque. La importancia botánica del peñón llevó a la creación de microrreservas de flora que protegen especies exclusivas como el tomillo de Webb, presente únicamente aquí de manera natural.
La fauna también tiene un valor especial, con un protagonismo destacado de las aves. El peñón es un punto estratégico en las rutas migratorias, acogiendo tanto aves invernantes como estivales. En él se observan rapaces como el halcón peregrino y el cernícalo vulgar, aves marinas como el cormorán moñudo y la gaviota patiamarilla, y un buen número de especies residentes, entre ellas la tórtola turca, la collalba negra y diversas currucas. La combinación de su ubicación y sus hábitats convierte al Peñón en un auténtico santuario ornitológico.
A esta riqueza se suman otras especies animales, como reptiles (la lagartija ibérica o el eslizón ibérico) y mamíferos como conejos o erizos comunes. Incluso el medio marino añade valor a su biodiversidad: en las aguas que rodean el peñón es posible avistar delfines mulares, mientras que en tierra firme destaca la presencia de endemismos singulares como el caracol terrestre Chondrina marina. Todo ello convierte al Peñón de Ifach en un lugar privilegiado donde naturaleza y paisaje se encuentran en armonía.
