La cereza es uno de los frutos más esperados de la temporada en la Marina Alta. Es cultivada en los valles del interior donde el árbol encuentra las condiciones idóneas para dar su mejor fruto. La producción de la Vall de Gallinera está reconocida como Indicación Geográfica Protegida. Su llegada, a finales de la primavera y principios del verano, llena los campos de color y marca el inicio de una de las épocas más especiales del año. Gracias al clima mediterráneo y a la altitud de algunas zonas de cultivo, la cereza de la comarca se distingue por su frescura, dulzor y textura crujiente, cualidades que la han convertido en un producto muy apreciado tanto a nivel local como fuera de la comarca.
Este fruto rojo no solo destaca por su sabor, sino también por el papel que desempeña en la vida agrícola y cultural de la región. La cereza forma parte de ferias, mercados y celebraciones que ponen en valor el esfuerzo de los agricultores y la importancia de mantener viva una tradición que se transmite de generación en generación.
En la cocina, la cereza de Dénia es tan versátil como deliciosa. Puede disfrutarse fresca, como un capricho natural, pero también se convierte en ingrediente estrella de postres, mermeladas, helados o incluso platos salados, donde aporta un toque de frescura y contraste. Cada preparación es una muestra del potencial de este producto y de su capacidad para inspirar tanto la cocina tradicional como la más innovadora.
Probar una cereza de La Marina Alta es mucho más que degustar una fruta: es saborear el paisaje, la tradición y la dedicación de una tierra que ha hecho de este pequeño fruto rojo uno de sus mayores orgullos.