Dénia alberga diversos yacimientos que permiten recorrer su evolución histórica desde épocas íberas hasta la romanización tardía y el periodo medieval temprano.
Este poblado fortificado en la ladera del monte Montgó representa uno de los enclaves íberos más interesantes de la Comunidad Valenciana, con murallas del siglo VI a.C. y restos que evidencian la producción temprana de vino. También se ha interpretado como fortín romano relacionado con las guerras de Sertorio.
Ideal para amantes de la historia y el senderismo: esta cavidad fue utilizada como santuario íbero y cuenta con una inscripción romana del año 238 d.C., realizada por un legionario como homenaje a su destacamento. Una gruta tan arqueológica como poética.
Localizado a 10 km del núcleo urbano, este antiguo asentamiento romano tipo villa marítima data de los siglos I–V d.C. Se han excavado estructuras de talleres, hornos y almacenes, vinculados a una economía agro-marina con producción de vino, aceite y comercio por mar.
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Muchos hallazgos de estos yacimientos se exhiben en el Museo Arqueológico de Dénia, organizado por épocas —íbera, romana, islámica y medieval—, ubicado en la Casa de la Marquesa (Calle Cavallers 3) y asociado al Castillo como espacio museográfico principal.