Hablar de Dénia es hablar de su producto más emblemático: la gamba roja, considerada una auténtica joya gastronómica del Mediterráneo. Reconocida internacionalmente por su sabor intenso, su textura delicada y su característico color escarlata, la gamba roja de Dénia ha conquistado a chefs, críticos y amantes de la cocina de todo el mundo. No en vano, este crustáceo es el máximo representante de la identidad culinaria de la ciudad.
La singularidad de esta gamba radica en su hábitat. Se captura en los caladeros situados entre Dénia e Ibiza, a 600 metros de profundidad. Allí, las condiciones del terreno, ricas en nutrientes, ofrecen el ecosistema perfecto para su desarrollo, dotándola de un sabor incomparable y de una calidad única que la diferencia de otras especies del Mediterráneo.
Existen 4 categorías acordes a sus tamaños. La más grande, la categoría 1, es la más codiciada y la más cara. La siguen las siguientes categorías, según va descendiendo de tamaño. Sus tamaños no dependen de su edad sino de su sexo. Todas son gambas adultas (cuando están criando se encuentran a mayor profundidad, a salvo de las redes). Las mayores son hembras y las más pequeñas son machos.
La tradición pesquera de Dénia también juega un papel fundamental. Cada jornada, las embarcaciones faenan en busca de este preciado crustáceo, que llega fresco a la lonja, donde se subasta. En la lonja de Dénia se cuida mucho la selección por tamaños y que la gamba esté entera e intacta como producto delicado que es. Ello asegura que la gamba conserve su excelencia gastronómica.
En la mesa, la gamba roja de Dénia es pura versatilidad. Puede disfrutarse simplemente cocida o a la plancha, para apreciar todo su sabor en estado puro, o bien formar parte de elaboraciones más creativas en las manos de prestigiosos chefs que reinventan este producto sin perder su esencia. Sea cual sea la receta, la experiencia de degustarla es siempre inolvidable.
La gamba roja de Dénia es una experiencia gastronómica que se degusta con los 5 sentidos. El principal, lógicamente es el gusto. Su sabor intenso merece su fama. Seguido del olfato por su aroma inconfundible y la vista por su color rojo vivo. El tacto también forma parte de la experiencia y el oído, puesto que posee su propia banda sonora inspirada en el proceso desde la pesca de la gamba hasta la mesa.
Probar la gamba roja de Dénia es mucho más que un placer gastronómico: es un viaje a la esencia del Mediterráneo, un homenaje a la tradición marinera y una forma de conectar con el alma de la ciudad. Por eso, este producto se ha convertido en embajador de Dénia en todo el mundo, llevando el nombre de la ciudad allí donde se reconoce la excelencia culinaria.
