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Pescados pobres

Pescados pobres

En la gastronomía de Dénia, los llamados “pescados pobres” ocupan un lugar muy especial. Se trata de especies marinas tradicionalmente humildes, poco valoradas en el mercado en comparación con otros pescados más reconocidos, pero que han sido durante siglos la base de la cocina de las familias marineras. Con ingenio y respeto por el producto, los dianenses aprendieron a transformarlos en platos llenos de sabor y autenticidad.

Entre estos pescados encontramos el capellán, la melva, el jurel, la sardina, la caballa o el lirio, especies que llegan frescas cada día a la lonja. Su carne, sencilla y nutritiva, ha permitido crear recetas marineras que hoy forman parte del recetario más tradicional de Dénia, como guisos, calderetas, suquets o preparaciones a la plancha.

Son un claro ejemplo de cómo la cocina popular ha sabido sacar el máximo partido de los recursos que ofrece el Mediterráneo.

Con el tiempo, estos pescados han pasado de ser considerados “pobres” a convertirse en auténticos protagonistas de la gastronomía local. Restaurantes y chefs de la ciudad los han recuperado, dándoles el reconocimiento que merecen y mostrándolos en elaboraciones innovadoras que respetan su esencia. Así, lo que antes se asociaba a la sencillez y la necesidad, hoy se reivindica como un producto de calidad y de gran valor culinario.

Probar los pescados pobres de Dénia es disfrutar de una tradición que habla de sostenibilidad, aprovechamiento y respeto por el mar. Son un símbolo de la cocina honesta y cercana, que pone en valor la riqueza de lo sencillo y que nos conecta con la historia marinera de la ciudad.